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La Violencia en Nuestras Escuelas

por Pedro Noguera
Berkeley, California

Samoa Koria enseña en la escuela Johnson Elementary en San Diego, California. Foto por Consuelo Arroyo.
La violencia en las escuelas no es algo nuevo. Varios reportes - uno por la Asociación Psicológica de Estados Unidos y otro por la Asociación Nacional de Educación - indican un aumento dramático en los incidentes de violencia en las escuelas.

Sin embargo, si uno examina la historia, es claro que los problemas relacionados a la violencia en las escuelas han existido casi desde que ellas han existido. Esto es verdad porque tradicionalmente, las escuelas publicas urbanas han servido a los niños pobres, y los niños pobres han experimentado la violencia por mucho tiempo.

Pero tenemos que reconocer que nuestras escuelas son más seguras que los barrios en donde los niños viven. Por lo menos en las escuelas hay reglas contra la violencia y hay adultos presentes que están allí para enforzarlas. En las calles, en los parques y hasta en casa frecuentemente no hay tal protección.

Sin embarque, con demasiada frecuencia, los individuos responsables de enforzar la disciplina escolar y de mantener el orden no tienen ninguna credibilidad ante los alumnos. Tengo en mente varias escuelas en donde encuentras niños jugando a los dados en los corredores o descaradamente portándose en una manera totalmente inapropiada, y los maestros y demás adultos se hacen ciegos porque temen decirles a los jóvenes que cesen. En las escuelas urbanas, las mayoría de los maestros no viven en los barrios en donde trabajan y tienen un conocimiento limitado de como son las vidas de sus alumnos afuera de la escuela. Esta brecha se intensifica con las diferencias de raza y clase social.

De acuerdo a mis propias investigaciones en las escuelas, he encontrado que los estudiantes admiran y respetan a los maestros que estrictamente mantienen normas altas de comportamiento y progreso académico, y que muestran un interés personal en sus estudiantes. Casi todas las escuelas tienen a un maestro de este tipo, pero frecuentemente, ese maestro o maestra funciona en una manera aislada en vez de como un modelo. El establecer relaciones de aprendizaje entre los maestros y el impulsar la colaboración por medio del diálogo en cuanto a estos problemas es una manera de deseminar los conocimientos y la experiencia.

También hay maneras de tratar el problema de la seguridad en una manera que no deshumaniza el ambiente escolar. En una escuela intermedia en Oakland, California, una mujer anciana provee la seguridad en la escuela en vez de un guardia armado o algún hombre grande e intimidante. Ella vive en el mismo barrio que los niños, comprende su realidad, su cultura y sus necesidades. Sin la amenza de la fuerza, ella puede intervenir en los pleitos, enforzar las reglas básicas de la escuela.

En mis entrevistas y conversaciones con los estudiantes que asisten a las escuelas una reputación de violencia, me asombro con su disgusto total con sus escuelas. En vez de apreciar las oportunidades que podr’an tener como resultado de la preparación formal, ellos ven a las escuelas como algo inecesario e inútil y no tienen respeto por sus escuelas o los adultos que trabajan allí.

Con más frecuencia, las escuelas suburbanas de la media clase, y hasta las escuelas en las zonas adineradas, están experimentando la violencia. Sin embargo, los problemas de las escuelas urbanas son particularmente severos y se complican a causa de su conexión a la pobreza, el crimen y la desesperación en el ambiente urbano. Las escuelas urbanas no solamente tienen que proveer un programa académico, pero también que encontrar los recursos para proveer el apoyo social y psicológico para los estudiantes y sus familias.

La violencia en las escuelas es solamente un síntoma de los problemas más grandes que confronta la sociedad. No hay respuestas fáciles. Pero a lo mínimo, tenemos que encontrar maneras de emplear a más adultos con quien los niños se puedan identificar en una manera constante. Esto tal vez no parece ser mucho, especialmente en comparación con las soluciones de alta tecnología que algunos han propuesto. Pero a largo plazo, podría tener más impacto.

Published in In Motion Magazine October 29, 1995