See our Photo of the Week (and archive of more)

Art Changes
Opinion Advertize Permission
To be notified of new articles Survey Store About Us
Más artículos en español
Opus Apocriphal

Hijo Primogenito del Laboratorio de
Teatro Danza de Dora Arreola

por Alma Delia Martínez Cobián
Tijuana, México


Una cálida mañana del mes de mayo y justo en Tijuana, último rincón de México y primera ventana de Latinoamérica, Dora Arreola - la joven directora y actriz que un día de 1987 abandonó el puerto ensenadense para marchar a Italia y convertirse en discipula del legendario Jerzy Grotowski- decidió dar inicio a un proyecto escénico único en todo el país: su Laboratorio de Teatro Danza.

Sobre este singular Laboratorio, su primer obra y su directora son estas líneas.

Asisto sin querer a un parto. Intenso, unico, magico como todos los alumbramientos...

A casi medio ano de haber iniciado con sus experimentaciones, el Laboratorio de Teatro Danza dirigido por Dora Arreola está listo para pasar a otra etapa: "ahora sí ya podemos empezar a pulir", dice la joven directora tijuano-ensenadense con el gusto reflejado en los ojos, luego de presentar su ultimo ensayo general con público, un lunes del mes de noviembre.

"Las presentaciones anteriores del trabajo han sido siempre distintas, siempre había cambios, muchos o pocos, pero todo el tiempo se estaba experimentando; hasta ahora, que creo que ya estamos listos para quedarnos definitivamente con esta estructura y trabajar a partir de aqui la precisión, 'apretar las tuercas"', dice, refiriéndose a las varias presentaciones realizadas en El Lugar del Nopal, foro cultural alternativo en Tijuana que desde el principio sirvió como espacio para los
ensayos, entrenamientos y reuniones de trabajo de este interesante proyecto escénico, recientemente bautizado como Opus Apocriphal.

Ganador de una beca otorgada por el National Performance Network (NPN) de Nueva York a través del Centro Cultural de la Raza de San Diego, Opus Apocriphal fue programado para estrenarse oficialmente en esta institución cultural sandieguina durante el mes de enero. Posteriormente, realizaían una gira por todo el estado de Baja California.

Antes del estreno, el Laboratorio - integrado por Alberto Medina, Arinda Caballero y la propia Dora Arreola- fue invitado a la ciudad de Nueva York para ,por espacio de un mes, realizar presentaciones e intercambios con grupos de artes escénicas afines en esa importante metrópoli norteamericana.

Un Parto Dificil Pero Afortunado ...

"No me interesa hacer teatro panfletario ni hablar de problemas o cuestiones regionalistas, me interesa buscar la esencia del ser humano y reflejarla en mi trabajo", aclara la directora del Laboratorio de Teatro Danza. Seguramente por ello, el cuestionamiento central en Opus Apocriphal -adaptado del cuento de Geovanni Papini "La última visita del caballero enfermo"- es un cuestionamiento de tipo existencial: esta angustia del hombre por no tener el control total de su propio exterminio o su propio surgimiento, un miedo a morir que es lo mismo a decir miedo a vivir, una interminable lucha por conocer al creador de todas las cosas y los misterios de su creación, y finalmente impotencia al aceptar la insignificancia del ser humano ante la inmensa vastedad del universo.

Seguramente también por esta intención de llegar a la esencia, Opus Apocriphal posee una estructura que asemeja a la de un ritual mágico-religioso. "El rito conecta al hombre consigo mismo, lo transporta a eso que era antes de nacer, lo retorna a su pasado primitivo. Si se logra el trance, se logra la magia", explica Dora Arreola, discípula por dos años del mítico Jerzy Grotowski, maestro, director e investigador teatral de origen polaco, fundador de lo que se conoce como Antropología Teatral o Teatro de las Fuentes, una corriente apoyada fundamentalmente en los modelos ritualísticos de las culturas primitivas.

Con esta insoslayable influencia a cuestas, durante más de diez años Dora ha venido desarrollando - en Ensenada, Tijuana y la ciudad de México - un tipo de teatro que con justicia ha sido denominado por quienes han seguido su trabajo de cerca, como "Arreolesco", por tener un sello muy peculiar, un lenguaje que ya podríamos llamar "propio". Incluso el entrenamiento para los actores es verdaderamente singular: una sesión de por lo menos dos horas donde los cantos y las danzas tradicionales - afroantillanas casi todas - son el eje central sobre el cual giran extranos ejercicios corporales cuya finalidad es conectar al actor-bailarerín-cantante (actor integral) consigo mismo y con su entorno.

"Algunos dicen que esto que hago no es teatro; no importa, no me interesa hacer teatro tradicional, quiero llegar a lograr un teatro donde el texto sea un pretexto y el verdadero lenguaje sea el del cuerpo, arribar a las emociones a través del movimiento corporal y no al revés".

Y precisamente es el cuerpo el elemento primordial en el trabajo de Dora Arreola. Esto, que en primera instancia pudiera parecer abstracto o poco claro, en Opus Apocriphal se vuelve obvio durante varias escenas, como aquella en la que el protagonista principal -Alberto Medina- inquiere desesperado e iracundo "le digo a mi soñador que yo no soy un sueño", mientras las dos mujeres que forman el coro - Arinda Caballero y Dora Arreola - tratan de atarlo con una enorme cuerda.

"La intención no es sólo visual, se trata de que las acciones físicas y los cantos ayuden a la creación del personaje, que le sirvan para hacer surgir las imágenes internas", aclara la directora. Así, Opus Apocriphal se convierte en una gran sinfonía donde lo estético, lo auditivo y lo emotivo se aparean, logrando un matrimonio feliz, extasiante, casi hipnótico.

Sin embargo, a pesar del buen logro y los múltiples hallazgos, Dora afirma que su interés real no es la representación, sino el proceso creativo, lo que se va descubriendo durante los ensayos, durante la etapa de prueba y error. Por ello, el Laboratorio de Teatro Danza - laboratorio único en su género en todo el país- es un proyecto cuyo sostenimiento puede tornarse difícil toda vez que el propósito central es la investigación, y en México, lo sabemos, los apoyos económicos a este rubro son muy pocos o muy pobres.

Con todo, el Laboratorio de Teatro Danza seguramente seguirá adelante mientras Dora Arreola ande rondando por el panorama escénico, no importa en qué lugar, con qué nombre o cuándo, pero siempre con una misma pasión, la única, la que la empujó a abandonar la carrera de Oceanología en Ensenada justo unos meses antes de terminarla- para marchar a Italia con el maestro Grotowski.

"El teatro es lo que más disfruto y lo que mas sufro, eso es lo que voy a seguir haciendo toda mi vida, hasta que me canse, o hasta que me muera".

Mientras, la primera obra del Laboratorio está ya lista, presente, intensamente viva, intensamente vivificante, hija primogénita de un parto difícil pero afortunado: un alumbramiento escénico llamado Opus Apocriphal.

Alma Delia Martínez (Tijuana, 1967) es periodista y promotora cultural desde 1985. Egresada de la carrera de Comunicación en la UIA Noroeste, fue editora por más de dos años de la sección cultural "Bitácora" del recientemente desaparecido diario vespertino La Tarde de Baja California. Es fundadora, junto con Adelaida del Real, del foro cultural alternativo en Tijuana, El Lugar del Nopal (inaugurado en julio del '95), donde fundamentalmente se encarga de la Planeación y Promoción de eventos artísticos.

Published in In Motion Magazine February 10, 1996