Miguel Angel Nuñez. Photo by Nic Paget-Clarke.

1) Lo insostenible de los altos cosos de producción y precios de los agrotóxicos, aunado a los disímiles inconvenientes ambientales y de salud pública que por décadas venimos acarreando sin darles los debidos reparos exigidos por nuestras comunidades.

2) Los diferentes niveles de influencias en algunos sectores el convenio científico Cuba-Venezuela y por los movimientos sociales agrícolas-ambientales internacionales, quienes además de realizar propuestas que vienen a consolidarse como el Instituto Agroecológico Latinoamericano Paulo Freiri (IALA), les han hecho ver a los cuadros medios de dirigencia, la real posibilidad de apostar por la autodeterminación de un sistema agroalimentario con los nuevos avances en lo científico y tecnológico propios de la agricultura del trópico.

3) La acertada propuesta que nace en las mesas técnicas agrícolas de Mérida, recogida por el Ministerio de Agricultura y Tierras en su alto desempeño científico y técnico la Viceministerio de Circuitos Agroalimentarios cuando asume coordinar, el ensamblaje para la Municipalización del Plan de Siembra 2007, cuyo gran objetivo ya lo señalamos y reafirmamos. Caminar acelerada y firmemente en la transformación o transitoriedad del modelo “agrotecnotóxico” hacia la propuesta productiva participativa, sustentable y agroecológica. Este ambicioso plan piloto para ser desarrollado en varios estados occidentales intentará, en la articulación y dinámica revolucionaria, crear los concejos municipales agrícolas articulados a los consejos comunales rurales agrícolas (agroecológicos) los cuales estarán integrados a las nuevas redes y organizaciones sociales de producción, gestándose las contralorías agrícolas sociales. En esencia y así lo debemos reconocer la propuesta de municipalización de plan 2007 necesariamente deberá recoger las distintas condiciones agroecológicas de su localidad productiva para el mejor, adecuado y rentable desempeño de la nueva agricultura que nos exigimos consolidar.

4) Los modestos avances productivos que se recogen en distintos espacios, lo que han hecho que el productor re-dimensione su racionalidad ambiental, cultural y tecnológica. En los últimos cinco años el Instituto para la Producción e Investigación de la Agricultura Tropical (IPIAT), ha sensibilizado 4137 productores en prácticas agroecológicas, de quienes se percibe que 898 están haciendo uso de dichas técnicas. Cifras, que como otras experiencias productivas debemos evaluar, constatar y sistematizar sus despliegues.

De esta última razón y otros sustanciales avances en diferentes espacios internacionales donde las técnicas sustentables nos brindan, se está entendiendo que la agroecología en su esencia libertaria nos conduce a ensamblar nuevos tipos de políticas para la agricultura y los diversos sectores agroalimentarios. Afirmamos tal aseveración, por cuanto la construcción de dichas políticas, parten desde las bases campesinas y productores entre un conjunto acciones sociales y productivas emprendidas en un delimitado lugar, espacio e interés comunitario construidas colectivamente. Allí radica el sentir y accionar de las nuevas políticas públicas para el sector agrícola. Es aquí donde se encuentra, el verdadero protagonismo de la democracia participativa, para legitimarse la agroecología y la aplicación de sus principios científicos y técnicos.

Publicado en In Motion Magazine 25 de febrero, 2007

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