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Debate Pendiente En La Soberania Agroalimentaria

Los Sistemas Sociales Emergentes En La Agricultura

por Miguel Angel Nuñez
Merida, Venezuela


El colapso del modelo tecnocrático agrícola de la revolución verde del pasado siglo y que en esta nueva época por las sostenidas exigencias de las tecnologías neoliberales-globalizadoras, se reacomoda y consustancia en la bio-revolución transgénica como la única y magnifica iniciativa para enfrentar la crisis ética-agroalimentaria planetaria. Ante este el magno desafío, se nos plantea continuar firme y corresponsablemente, en seguir apostando a las propuestas alternativas de producción agrícola, las cuales sustentan su histórico despliegue en la agroecología.

La agroecología esta llamada a enfrentar las apetencias de la revolución biotecnológica tal como se ha concebido. Por cuanto esta última se ajusta y prolonga su dependencia ante las exigencias del libre mercado por la acumulación de recursos, ganancias y modalidades especulativas articuladas a los sectores financieros-bursátiles-agroalimentarios. La agroecología y su andamiaje técnico, además de elevar nuevas formas de organización social de la producción como más adelante veremos, emerge como la única opción científicamente valida para superar los distintos retos, amenazas y debilidades en la producción agrícola.

Afirmamos que la evolución de la agroecología se eleva, se pronuncia e irrumpe ante los agravios eco-productivos que estamos encontrando en nuestros agroecosistemas por cuanto se necesitan cambios ante la dinámica en los medios y modos de producción agrícola. Las tensiones agroambientales, sociales y culturales abandonadas por la bio-revolución las seguimos encontrando en nuestros campos. De inmediato se exigen ser superadas por nuevas prácticas agrícolas más eficientes, eficaces y efectivas. Definitivamente NO podemos reproducir las prácticas enajenantes que nos han dejado los modelos agrícola depredadores.

En concordancia con lo anterior y por la naturaleza de la agroecología, esta favorece al rescate del dialogo de saberes, sus tradiciones, ancestros y razones culturales de nuestros campesinos para formular y diseñar propuestas de trabajo y consideraciones teóricas en la comprensión de un componente particular del agroecosistema que puede o no encontrarse afectado. Por ejemplo: si una técnica, insumo o práctica agrícola en particular contribuye o no a reconocer la aplicación de los principios científicos agroecológicos, en la orientación hacia la sustentabilidad.

La dinámica anterior también nos conlleva a reconocer, el cumulo de conocimientos que se encuentran interactuando y organizándose inteligentemente, una vez sistematizados emergen como nuevas razones teóricas para avanzar en la teoría de la producción.

Como también lo afirma Leff (2001); las múltiples técnicas que integran el arsenal de instrumentos y saberes de la agroecología no sólo se funden con las cosmogonías de los pueblos de donde emergen y se aplican sus principios; sus conocimientos y prácticas se aglutinan en torno a una nueva teoría de la producción, en un paradigma ecotecnológico fundado en la productividad neguentrópica del planeta Tierra. Esta nueva teoría de la producción toma sus principios en la ciencia ecológica, del territorio, en el que la intervención sobre la tierra se nutre de sus potenciales ecológicos y significativos culturales, y en principio de la fotosíntesis que Ignacio Sachs propusiera en los años 70 como fundamento para la construcción de una nueva civilización de los trópicos. (Sachs, 1976).

Los saberes agroecológicos son una constelación de conocimientos, técnicas, saberes y prácticas dispersas, que responden a condiciones ecológicas, económicas, técnicas y culturales de cada geografía y cada población. Estos saberes y estas prácticas no se unifican en torno a una ciencia; las condiciones históricas de su producción están articuladas a diferentes niveles de producción teórica y acción política que abre el camino para la aplicación de sus métodos y para la implementación de sus propuestas. Los saberes agroecológicos se forjan en la interfase entre las cosmovisones, teorías y prácticas. La agroecologia, como reacción a los modelos agrícolas depredadores, se configura a través de un nuevo campo de saberes prácticos para una agricultura sustentable, orientada al bien común y el equilibrio ecológico del planeta, y como una herramienta para la autosubsistencia y la seguridad alimentaria de las comunidades rurales. (Leff, 2001).

Esa constelación de conocimientos agroecológicos que nos ha llegado, nos esta deviniendo y que inteligentemente nos seguirán surgiendo nos permiten enérgicamente afirmar que son tangibles las tantas dimensiones productivas y cognoscitivas y organizacionales que continuaran emergiendo en las sociedades rurales espontáneamente y sin normas, ni leyes para establecer su surgimiento y en la pertinencia social que también en esos espacios florece.

¿Ciencia con Conciencia y Tecnología con Pertinencia?

Afirmamos que el modelo depredador agrícola se sustento en propuestas científicas y tecnológicas demuestran que sus resultados nunca consideraron, ni razonaron el cumplimiento de las elementales leyes de la naturaleza. Estas propuestas tecnológicas además de seguir creando caos e incertidumbres productivas en los agroecosistemas; prosiguen con la contaminación transgénica y de agrotóxicos, generándonos problemas de salud pública en las poblaciones. Estas tecnologías siempre han estado solucionando los problemas científicos y técnicos de los agroempresarios totalmente alejados de la realidad socio-productiva de los pequeños y medianos productores. Contrario a la agroecología que en su dinámica tecno política va implícita la inclusión social.

Situación que fue evaluada por un periodo de tres años (2005-2007) por el International Assessment of Agricultural Knowledge, Science and Technology for Development (IAASTD) Comité Internacional de Evaluación al Conocimiento en Ciencia, Tecnología y Desarrollo Agrícola y quienes reunieron para presentar sus resultados a mas de 400 científicos de 50 países el pasado mes de abril en Johannesburgo Sur Africa.

La declaratoria final de tan sostenido trabajo, exige cambios radicales en los sistemas de producción agrícola para aminorar drásticamente los serios problemas atados a la agricultura como los son: los pro y contras de la bioenergía; los efectos en los cambios climáticos; el nuevo papel de la biotecnología; el uso de los recursos naturales; los efectos sobre la salud; el papel y futuro de la pequeña agricultura. Debiendo ser la agroecología.

Nos complace entender que en otro nivel social, cognoscitivo y de singular cobertura como es el IAASTD se reconozca a la agroecologia como una alternativa a las ciencias del agro. No sólo para los pequeños y medianos productores. También esta funciona en cualquier dimensión y escala de producción cumpliendo con los principios de la agroecología. Este avance ha demostrado que las prácticas agroecológicas han solucionado los diversos problemas agroambientales, generándonos empleo digno. Otras cualidades como por ejemplo: la independencia científica y tecnológica de la agroecología esta demostrada en los trabajos de: MAELA (2006). The Ecologist (2008); Núñez(2008, 2007), Pretty, (2006). Se presagia que la agroecología esta emergiendo como el nuevo paradigma en que se sustentan las nuevas ciencias el agro. Altieri (1987); Altieri y Nichols (2001); Altieri, (2005); Gliessman (2000; 2007) Leff (2001); (Nuñez 2008, 2007); Sevilla (2001); Venegas (2007);

Las reflexiones e investigaciones citadas anteriormente como otras, nos hacen valorar el lema, tanto debatido y discernido por el equipo de reflexión del nuestro apreciado hermano de luchas Carlos Lanz (2007) como lo es “ Ciencia con Conciencia y Tecnología con Pertinencia”. La agroecología nos conduce hacia allá!. Al establecer unas nuevas relaciones sociales de producción donde la enajenación, sujeción y dependencia ante los medios y modos de producción científicos y técnicos no sean sometidos ni controlados y sigan causando daño a nuestros recursos suelo y agua.

En el contradictorio proceso revolucionario que se gesta en Venezuela donde a pesar de pugilato y patinaje ideológico técnico-político de algunos cuadros medios y expertos asesores de diferentes nacionalidades que hacen vida en las ciencias del agro, es innegable que la agroecología tiene un espacio ganado y es irreversible. Se debate un Plan Nacional de Agroecología. Este exige más compromiso para elevarlo al justo nivel de decisión política que se merece.

En dicha perspectiva, Lanz (2007) nos orienta en precisar una definición clave que enfrenta la división del trabajo capitalista: LA SOBERANIA POLITICA Y LA LIBERTAD ESTA CUALIFICADA POR LA SOBERANIA COGNITIVA, “SER CULTO PARA SER LIBRE” como diría Martí o “MORAL Y LUCES SON NUESTRAS PRIMERAS NECESIDADES” en Bolívar.

Dicho de otra manera la participación integral que el genuino proceso revolucionario venezolano esta produciendo, demanda que un ciudadano pueda pensar “con cabeza propia” y pueda aportar a la elaboración, planificación, ejecución y evaluación de las políticas públicas, tal como está planteado en el artículo # 62 de la Constitución Bolivariana de la República de Venezuela. De esta manera se logra la unidad entre la teoría y la práctica en el proceso político social. “Saber es Poder”. Lanz (2007).

El “saber popular campesino” alimenta a la agroecología. Por su naturaleza social, sus intereses específicos y las maneras de accionar acopladas a las realidades geográficas; productivas; sociales y culturales. La agroecología te convoca a pensar, reflexionar, vivir y actuar con sentido propio en el consenso de un proceso productivo. Ello ha quedado demostrado en las reflexiones elaboradas por Núñez (2008; 2007); Prety (2006); The Ecologist (2008). En los trabajos citados, la agroecología en la compleja dinámica productiva que se desenvuelve y en la conformación de nuevos sistemas sociales, sobresalen algunas connotaciones y otras no, que reafirman su condición emergente. Tendiendo a caracterizarse un proceso productivo agroecológico por la:

Participación: para generar elementos para el diseño de métodos de desarrollo endógeno desde el contexto de la estrategia agroecológica.

Autogestión: lo valoramos como el trabajo aportado lo que constituye la fuerza laboral del poder decisorio a través de las reglas democráticas de participación.

Autonomía: las nuevas organizaciones sociales de producción deberán comprender el derecho de dirigir y de decidir sus relaciones laborales en proporción al trabajo aportado.

Armonía: la racionalidad en el uso de los recursos naturales locales proporciona una armonía entre el mantenimiento o aumento de la calidad de vida y en el desarrollo humano allí implícito orientado al bienestar colectivo y a la complementariedad de acciones entre productores. Núñez, (2007).

Aplicación de técnicas agroecológicas: el desarrollo participativo de las técnicas agroecológicas permitirá fortalecer la capacidad local de experimentación de los productores con los recursos naturales y base material específicos de su agro-ecosistema.

Innovación: crear y evaluar tecnologías autóctonas, articuladas con tecnologías externas que, mediante su ensayo y adaptación, permitan ser incorporadas al acervo cultural de los saberes y del ingenio represado entre nuestros campesinos propios de sus sistemas productivos. Se trata de no seguir con las prácticas modernizante e industrializadas introduciendo prácticas y fuentes de degradación ambiental.

Integralidad: referido al manejo de los recursos naturales. La agricultura, agroforestería, ganadería y silvicultura deben aplicarse al conjunto de las potencialidades de aprovechamiento de los distintos recursos existentes en la zona. Deben buscarse el establecimiento de actividades económicas socioculturales que abarquen el mayor número de nuevos sectores para la economía social y solidaria incrementando el beneficio y bienestar de la comunidad.

El Trabajo asociado: se entiende por el régimen de disciplina social, deberes y derechos ambientales colectivamente asumidos con respecto a la gestión productiva

La metodología: agroecológica, parte de los procesos productivos locales lo que implica que sus contenidos siempre se deben contextualizar siendo flexibles, naciendo de la realidad social-productiva, y no de esquemas rígidos, cerrados, definidos a priori, impuestos, estandarizados. Los sistemas agroecológicos son diversos; descentralizados y adaptados a las distintas condiciones agroecológicas.

A manera de conclusión

El pasado 3 al 5 de junio se celebro en Roma la Cumbre-FAO con la presencia de 50 jefes de estado y 150 ministros. No se le permitió a los movimientos sociales su participación. Allí quedo demostrada una parte del fracaso de otra cumbre más. El no aceptar que se presenten los avances de la agroecología a nivel planetario tiene sentido en la medida que se desdibuja la nueva visión y misión de la soberanía agroalimentaria.

Como millones de campesinos lo han aclamado y afirmado en otros foros internacionales, la soberanía agroalimentaria necesariamente debe verse y accionarla desde el prisma agroecológico. Desde dicha perspectiva se funda en un carácter estratégico político ambiental, donde enérgicamente avancemos, en los nuevos procesos productivos en lo rural y urbano. Con nuevo sentido de organización de la ciencia y la técnica que de muestre ser menos despilfarrador de recursos y energía. Una ciencia para todos donde los valores de corresponsabilidad, equidad y armonía se sitúen en el sur de la sustentabilidad para seguir superando los tantos flagelos de la exclusión social.

La agroecología dada la naturaleza social que ella imprime, se esta constituyendo en una herramienta básica; de tomar en serio y co-responsablemente su accionar no sólo para el despliegue de las acciones productivas y sociales. También por su carácter emergente, inteligentemente contribuye armonizar, concertar y convenir agendas tecno-políticas de las misiones comunes que han de articular objetivos y acciones estratégicas entre organismos e instituciones. Condición que estamos demostrando en Mucuchies, Mérida Venezuela con el proceso de conformación de una red social emergente la cual entre otras cosas su gran e importante misión común: es recuperar y regenerar los suelos y los cursos de agua del paramo andino venezolano.

Publicado en In Motion Magazine 24 de agosto, 2008

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